El contexto actual nos permite una oportunidad para reflexionar acerca de cómo nuestros ambientes laborales promueven el bienestar de nuestros colaboradores. En este contexto, el bienestar, o wellness, busca ir más allá del sólo cuidar la salud física y mental de los trabajadores a través de espacios de trabajo y políticas empresariales que tienen como foco la felicidad y la satisfacción de las personas.
Las oficinas deben diseñarse y construirse con el objetivo de adaptarse a las necesidades y estilos de trabajo de sus ocupantes. Cuidar la calidad del aire fresco que respiramos en las oficinas, o el agua potable que bebemos, es el mínimo; estos sistemas adicionalmente deben considerar flexibilidad para adaptarse al confort de cada individuo. Los ambientes de trabajo deben ser variados, contemplando escritorios que permitan alternar entre estar sentado o de pie, superficies con niveles lumínicos ajustables y áreas dedicadas para trabajo individual, colaborativo y con el soporte tecnológico adecuado. Al incluir adicionalmente en el diseño el acceso a vistas, luz natural, plantas y arte, se logra que las oficinas sean más que sólo un lugar de trabajo.
En complemento, las políticas e iniciativas empresariales deben adaptarse a las necesidades de sus colaboradores. Las empresas invierten cada vez más en la salud mental, ofreciendo a sus integrantes acceso a especialistas en el manejo de estrés, ofreciendo jornadas laborales flexibles, e incluso dedicando valiosos metros cuadrados a áreas de relajación o esparcimiento. Considerando los alarmantes niveles de sedentarismo y obesidad a nivel mundial, también se ha vuelto primordial la promoción de la actividad física y la nutrición saludable, brindando acceso gratuito a consultores, subsidiando membresías a gimnasios u ofreciendo clases de baile o yoga. Las compañías también reconocen la importancia de ofrecer beneficios que permita a sus trabajadores balancear vida laboral y familiar, entregando permisos posts natales, apoyo a madres lactantes e incluso promoviendo participación en actividades comunitarias.
La búsqueda de las corporaciones de demostrar su enfoque en el bienestar de las personas ha llevado a la creación de estándares que certifiquen este compromiso. El más conocido internacionalmente es WELL, lanzado en el 2014, que tiene como objetivo incentivar a todo tipo de empresas y edificios a buscar incorporar en sus estructuras físicas y empresariales el bienestar de sus integrantes.